Söttgodis: "El éxito en hostelería se basa en la atención al cliente"

«Mi consejo para un nuevo emprendedor en hostelería es que se debe preparar para dedicarse en cuerpo y alma a su negocio». Esta es una de las sentencias de Miguel González, propietario de dos café-bar en Madrid y antes empresario en grandes multinacionales desde muy joven. Después de trabajar como alto cargo para empresas como Midas, Leroy Merlín, Starbucks o Dunkin Donuts, decidió emprender la aventura de crear Söttgodis y ser su propio jefe.

«He pasado por diferentes departamentos en las empresas donde he trabajado, tanto marketing, como ventas u operaciones a nivel nacional», algo que ha dado a Miguel una visión periférica de lo que es el mundo de los negocios y más concretamente de la hostelería, donde pudo comprobar durante 5 años como funciona un gigante como Starbucks, siendo su responsable en el centro de Madrid. En este trabajo aprendió que «es un mundo muy duro, hay que estar muy encima y hay que cuidar mucho la atención, ya que se basa en el corto plazo y en el trato directo con el cliente».

De ahí pasó a otra gran empresa del sector como Dunkin Donuts, donde fue el encargado de operaciones a nivel nacional y trabajó directamente con recursos humanos y producción. Tras algún proyecto fallido por causas ajenas, Miguel se decidió a montar un negocio por su cuenta, «algo que tenía en mente desde que era pequeño y consideraba que era el momento por edad, energía y motivación«. Y así nació Söttgodis.

La ilusión de crear un proyecto y verlo crecer

La primera pregunta relacionada con su negocio era obligada por curiosidad incontenible, ¿de dónde viene el curioso nombre del local? «Mi idea inicial era hacer un proyecto relacionado con el mundo sueco y los productos de allí, aunque finalmente haciendo un buen estudio de mercado decidimos no acotar tanto nuestro campo de acción y tener mucho más recorrido en cuanto a productos y franjas horarias». Lo único que quedó de aquella idea inicial fue el nombre de Söttgodis, que significa algo así como dulces placeres en sueco.

Cuando visitamos un restaurante, cafetería, bar o similar, no somos conscientes de las vueltas que se le ha podido dar al concepto del local. Un negocio es una especie de ser vivo que hay que cuidar, hacerlo crecer y buscar la manera de gustar más a los clientes para llegar a la aceptación y al éxito. En el caso de Söttgodis, Miguel nos explica como fue esta evolución: «Empezamos con un local en Majadahonda enfocado a cafetería-heladería-pastelería y durante el primer año nos dedicamos a escuchar a clientes para ver qué funcionaba y qué no. Así pudimos ver las necesidades que demandaba el público y cambiar cosas».

De esta manera, el local evolucionó hacia ofrecer comida y copas, manteniéndose como un punto de encuentro tranquilo donde estar cómodo y poder charlar. Una vez asentado el concepto, hubo un giro más al mudarse a Madrid, concretamente a la zona de oficinas de Cuzco, a pocos metros del Paseo de la Castellana, donde vieron que el after-work funcionaba bien y han hecho de él uno de sus puntos fuertes. También disponen de otro local en Ríos Rosas, a las puertas de los campos de Canal, siendo una zona más familiar y de ocio, por lo que han tenido que adaptarse a las necesidades del tipo de cliente.

Escuchar al cliente y adaptarse a sus necesidades

Miguel es un hombre que ha pasado por grandes empresas y ha trabajado en departamentos importantes relacionados con el sector de la hostelería, por lo que le pedimos consejos para los que quieren empezar con su negocio: «Hay que pensárselo muy bien y ser consciente de que no te vas a meter en un proyecto y ganar mucho dinero. Tienes que luchar y ser constante, estar disponible desde que te levantas hasta que te acuestas. Considero que si lo dejas un mes se te puede hundir y hay que tener en cuenta las pérdidas que puedes sufrir en los dos primeros años».

Söttgodis pretende dar un buen servicio al cliente en todos los momentos del día, «un concepto discutido por parte de gente del sector, que aboga por la especialización en algún campo concreto», como admite Miguel, pero su idea de negocio es aprovechar las horas de apertura al máximo, siendo consciente de que son más potentes en desayunos, meriendas, afterwork y copas. «Con todos los gastos que tenemos en el local, hay que intentar sacarle partido de la forma más digna y que cada minuto llegue a ser rentable». De esta manera, en sus locales se puede comer a cualquier hora del día, algo que muchos otros negocios no ofrecen por cerrar su cocina a una hora determinada.

Hablamos también de cómo conformar un buen equipo y las dificultades que eso conlleva en este sector, donde el intrusismo profesional se ha hecho una necesidad para muchos jóvenes por las dificultades laborales que se están produciendo en España desde hace años. Esto provoca tener camareros poco cualificados, con poco interés en desarrollarse en el negocio, tomando el trabajo como algo temporal y produciendo un gran quebradero de cabeza para muchos propietarios de establecimientos. «Hacer un equipo es una lotería, intentas formar a gente, acertar en las entrevistas, realizar pruebas… pero nunca sabes si el que parece que va a funcionar no lo hace, y el que creías que no iba a evolucionar mejora rápidamente», nos cuenta Miguel, que tiene a 14 personas en su equipo y admite que es difícil tener a todo el mundo contento.

Motivar a los empleados dando ejemplo

Otro tema interesante es el auge en la decoración de los locales gastronómicos, un aspecto que va muy unido al boom de la restauración, ya que vivimos en el mundo del culto a la imagen y los locales toman buena nota de ello. Para Söttgodis también es importante y Miguel define la composición de su local como «poco cargado, confortable, un estilo bastante neutro y basado en madera, siguiendo un poco la tendencia actual».

En cuanto al momento de su negocio, considera que siguen asentándose en el mercado y confirma que su gran acierto fue abrir los locales en el centro de Madrid, donde la gente consume de forma más alegre y repetitiva. «Tenemos dos locales que no tienen nada que ver, cuando uno funciona bien, el otro va un poco peor. Uno depende del ocio y el otro de las oficinas, son bastante complementarios». Después de mucho trabajo y de mucho estudio de mercado, Miguel se dio cuenta que el local comenzaba a funcionar. El local se llenaba, la gente repetía, la competencia le visitaba… y él se motivaba aún más para seguir adelante.

El valor de tener un buen equipo

En esta época con tanta especialización en el sector gastronómico, con tantos locales y tantísimas opiniones gracias al poder de Internet, la competencia es feroz y Miguel ve el mundo de la hostelería muy diferente a hace unos años, «los locales son casi tiendas de decoración. Si te fijas, local que se queda vacío, restaurante o similar que se monta. La gente emprende en estos negocios, los grupos hosteleros crecen mucho, la gente de fuera que llega a Madrid también se incorpora a este sector con buenas ideas… Hay muchísima oferta pero también hay mucha rotación y se ve a muchos negocios fracasar».

Miguel es un hombre analista y muy dedicado a su negocio, pero reserva tiempo para salir a ver qué se mueve entre la gastronomía madrileña. De esta manera, aprende nuevos conceptos y formas de trabajar, aunque admite que «no salgo a cenar tranquilo porque en mi cabeza sigo captando ideas». Ahora mismo considera que la importancia de la decoración comienza a ser mayor a la del producto, aunque destaca la atención al cliente como punto crítico.

La exigencia de las redes sociales

La asignatura pendiente de Söttgodis es ampliar su difusión a nivel digital, ya que no han tenido como prioridad las redes sociales en estos comienzos. «Es cierto que hoy en día todo está relacionado con las redes sociales, es mucho más difícil que antes porque la crítica está en todos lados y todo el mundo participa, es un poco estresante». Admite tener Internet un poco abandonado pero ahora que se van consolidando pretende dar ese salto a nivel digital. «Hemos preferido trabajar de manera más tradicional hasta que tuviéramos clara nuestra idea de negocio. Ahora que sabemos que funciona, comenzaremos a accionar esa parte tan importante para dar más visibilidad a nuestros locales».

Otro de los asuntos importantes en este mundo de la hostelería son los partners, empresas colaboradoras del sector de los que Miguel es buen conocedor: «Tienes que acertar con la marca con la que trabajas. Al principio las puertas están cerradas pero cuando vas mejorando y siendo más conocido, las marcas ponen interés. Es crítico ser consciente de lo que te puede aportar una marca a nivel económico pero también a nivel de imagen».

Para acabar la charla, Miguel admite estar encantado con su negocio, aunque gane poco dinero y su nivel de vida sea peor que hace tiempo. «Esto es una apuesta de futuro que hay que pensarse muy bien y tener muy claro el sufrimiento que supone. Es un camino de piedras quedarte sin vacaciones o no cobrar un mes». Como consejo por su experiencia, cree que es importante «gestionar bien el dinero que te entra y ser autoexigente siendo tu propio jefe».

Puedes disfrutar de los dos locales de Söttgodis a cualquier hora del día, desde el café del desayuno a las copas de la noche. Los encontrarás en la calle Joan Margall 23 y en la calle Ríos Rosas 10. ¡Miguel y su equipo te esperan! http://otc-certified-store.com